Nuestra

Vocación

Las vocaciones son signos de esperanza fundados en la fe. Si bien esto es cierto para todas las vocaciones, lo es con toda seguridad para la vida religiosa.

Al abandonarlo todo en la fe para seguir a Cristo al servicio de su Iglesia y del mundo, los religiosos hermanos y los religiosos sacerdotes tratan de transformar su propia vida en signos visibles de esperanza.

En su homilía en la misa de su iniciación al ministerio petrino, el Papa Francisco dijo: “También hoy, en medio de tanta oscuridad, necesitamos ver la luz de la esperanza y ser hombres y mujeres que lleven esperanza a los demás.” 

La Congregación de la Santa Cruz se hace eco de las palabras del Papa al invitar a los jóvenes que aman al Señor y a su Iglesia y desean servir a su pueblo a discernir una vocación con nosotros. La Iglesia y el mundo necesitan hombres buenos y santos que, fundados en la fe, estén dispuestos a responder a la llamada del Señor para ser signos de esperanza como religiosos hermanos y religiosos sacerdotes.

El Señor sigue llamando a los jóvenes: “Ven. Sígueme”. Rezamos para que puedan escuchar la llamada del Señor en ” El llamado del Señor será escuchado en la constancia de nuestro testimonio evangélico, en la compañía que no ofrecemos mutuamente, en la alegría con que servimos sin medir el costo y en la sincera bienvenida que en forma abierta damos a los que se nos unan.” 

Al explorar una vocación a la vida religiosa o al sacerdocio, una de las cosas más iluminadoras puede ser leer las historias de vocación de los hermanos religiosos y de los sacerdotes religiosos para ver cómo tu historia puede resonar con la de ellos. La oración es otro elemento esencial, no solo para expresar nuestros deseos al Señor, sino para escuchar su invitación.

Sin embargo, el paso más importante que puedes dar es ponerte en contacto con nuestro director de vocaciones. Él te podrá ayudar a discernir una vocación en Santa Cruz.